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Talk:F.1 - ¿Es el anarco-capitalismo un tipo de anarquismo?
Hola,
No me considero anarcocapitalista y no afirmo ni niego que el anarco-capitalismo sea un tipo de anarquismo, la pregunta en sà me parece tan puramente léxica que me parece casi irrelevante.
Simplemente creo que el artÃculo parte de la base equivocada de que puede existir libertad sin propiedad, parte de una idea utópica e irreal de la libertad que resulta bastante incoherente. Desde un entendimiento de la libertad como libertad negativa, no se puede entender la libertad sin propiedad privada. Ni siquiera el anarcosindicalismo español estaba en contra de toda propiedad privada, sino en contra de la propiedad privada de los medios de producción. Se ve descaradamente que el único axioma es un "anticapitalismo" militante en vez de una búsqueda honesta a la respuesta a dicha pregunta desde la propia práxis. Dicho de otro modo, se plantea el anarquismo desde una definición tan pseudoreligiosa y cerrada de la libertad que también dejarÃa fuera el anarcosindicalismo.
Este PDF es un artÃculo de investigación sobre el anarquismo y autogestión. En las páginas 130-131 viene una propuesta monetaria de ingenieros y obreros textiles de la CNT escrito a finales de 1936. Es decir, anteriores a las teorÃas de Rothbard..
Aunque no es ni mucho menos un texto proto-anarcocapitalista, sà que se ve perfectamente la separación entre propiedad privada y propiedad comunal de los medios de producción, además de defender un sistema monetario que aspire a mantener la moneda como unidad de medida para el intercambio, buscando no eliminarla sino eliminar la especulación alrededor de ella. No por casualidad se propone el patrón oro para ello.
Con la práctica nos hemos topado.
III. EJEMPLO DE REFORMA MONETARIA Y ESQUEMA DE LA
CIRCULACIÓN FIDUCIARIA EN UNA ECONOMÃA SOCIAL
[Este proyecto fue redactado por ingenieros y obreros cenetistas de la industria textil de Cataluña a finales de 1936]
La primera etapa de la revolución actual será una revolu- ción económica y monetaria o no será tal revolución. La mo- dificación del sistema monetario es tanto más importante que la ordenación de la economÃa si queremos una transformación biológica y viable de la sociedad.
El sistema monetario es un sistema de medida y compara- ción del valor de las cosas, exactamente igual que el sistema métrico es un sistema de medida y comparación de las dimen- siones de las cosas.
No es posible, pues, la supresión de la moneda en una socie- dad organizada, ya que la necesidad de comparar e intercam- biar entre sà todas las cosas es evidente para el hombre, incluso para el solitario. Como todos los sistemas de medida y com- paración, el sistema monetario descansa sobre una base arbi- traria. Es este fundamento arbitrario del sistema monetario el que es posible cambiar o reformar radicalmente, exactamente igual que la base arbitraria del sistema métrico reemplazó, en ciertos paÃses, a la base arbitraria de los sistemas de medida y comparación de las dimensiones de los objetos existentes antes de la Revolución Francesa.
Hay que comprender que reemplazar el sistema monetario actual por un sistema de bonos no es suprimir la moneda; es simplemente cambiar la base arbitraria actual por otra base ar- bitraria de intercambio. ¿Se puede creer seriamente que unos bonos –forzosamente diferenciados para cada uno de los usos a que son destinados– pueden reemplazar con éxito el sistema monetario y financiero actual, casi perfecto, considerado como ciencia de la medida del valor de las cosas, si no fuera por la continua intervención de las pasiones humanas?
Es necesario comprender que el sistema monetario y finan- ciero actual tiene que ser reformado en un sentido que deje subsistir todas sus ventajas, resultado de las experiencias eco- nómicas de muchas generaciones humanas, y haga desaparecer en lo posible los defectos que el maquinismo ha puesto franca- mente en evidencia.
El sistema monetario actual no puede dar salida a la pro- ducción cada dÃa mayor de la técnica moderna por carecer de reservas oro, primeramente, y, después, por causa del acapara- miento individual –y durante largos perÃodos– de importantes reservas oro y de divisas.
Es preciso, con las mismas reservas oro actualmente existen- tes, construir un sistema monetario más flexible. La revolución económico-social que nos impone el maquinismo no será un he- cho humanamente posible hasta el dÃa en que se comprenda que, por vez primera en la historia de la humanidad, la producción sobrepasa de tal manera el consumo permitido por nuestras fi- nanzas actuales que el desequilibrio económico-social nace de querer conservar un sistema monetario tal que, para permitir el consumo normal de las riquezas producidas y acumuladas, ne- cesitarÃa unas reservas oro o de otros metales preciosos tan fan- tásticamente grandes que no es posible pensar en su existencia. Es necesario un sistema monetario que por la rapidez del signo monetario, y por el automatismo casi instantáneo de las compensaciones bancarias, permita la mÃnima garantÃa fiducia- ria necesaria, exclusivamente con las actuales reservas de oro y de metales preciosos.
La reforma monetaria radical –que permitirÃa, pues, a la vez
destruir el capitalismo en su causa principal y construir una eco-
nomÃa social sana y fuerte en sus fundamentos– tiene que ba-
sarse sobre la separación práctica y real de estos dos conceptos:
medios de consumo y medios de producción.
La destrucción del poder fetiche del dinero no será un he-
cho hasta que el sistema monetario vigente obligue a todos a
comprender esta separación de conceptos que nos imponen los
instintos primarios del hombre y la complejidad de la economÃa
moderna. El instinto de propiedad en el hombre es consustan-
cial con su naturaleza: es necesario favorecer la satisfacción de
este instinto, en cuanto a los medios de consumo necesarios al
hombre para realizar plenamente su libertad humana, y reforzar
la tendencia innata en él de poner en común los medios de pro-
ducción, para obtener un rendimiento más alto.
Todas las reservas oro y de metales preciosos existentes pues-
tas a la disposición de la Nueva EconomÃa Social representarán
la garantÃa internacional del sistema fiduciario que impone la ya
señalada separación práctica y real de las causas y de los efectos
sociales de la producción y del consumo.
Sobre la reserva-oro y de metales preciosos que las contingen- cias de la guerra y de la Revolución dejen en poder de los pueblos ibéricos, hay que crear el sistema fiduciario siguiente: distinto en cuanto a la manipulación de los medios e instrumentos de producción y en cuanto a la compra y usufructo de la propiedad y de los medios de consumo, pero único en cuanto a su valor relativo de intercambio.
1. Moneda de consumo. Facilitará la libre manipulación, compra, pago y usufructo de la propiedad y de los medios de consumo, y será el instrumento de la conquista del poder económico mÃnimo por todos y cada uno de los individuos libres, sién- doles pagados en moneda de consumo el salario familiar y las primas a la producción que eventualmente se establezcan. La moneda de consumo tendrá circulación monetaria visi- ble y uniforme bajo forma de papel-moneda de valor va- riable con el tiempo, al objeto de impulsar el consumo y evitar el atesoramiento, sin destruir completamente el aho- rro personal o familiar. El papel moneda de consumo será descontable por términos vencidos de un porcentaje anual o trimestral a fijar, según sean anuales o trimestrales las emisiones de billetes.
El papel moneda de consumo permitirá solamente el inter- cambio de la propiedad y de los medios de consumo, a excep- ción absoluta de los medios e instrumentos de producción. El valor real del papel-moneda de consumo será fijado y con- vertido inmediatamente en moneda de producción a su re- ingreso en el ciclo de la producción: industrias de consumo, servicios de sanidad y cultura, cajas de seguros personales, comercio al detalle, transportes de personal y su impedimen- ta. El signo monetario será radicalmente neutralizado y des- truido una vez hechas las diferentes compensaciones banca- rias en moneda de producción.
Cada año, según el Ãndice de riqueza colectiva del paÃs y las posibilidades de la producción, será fijada la cantidad total y máxima de la propiedad personal y familiar de consumo, y será hecha una lista de los medios de consumo que pueden ser normal y libremente manipulados y utilizados con el pa- pel-moneda de consumo.
La manipulación de los capitales de consumo será libre, su posesión permitirá solamente el consumo en la Nueva EconomÃa Social.
2. Moneda de producción. Será la unidad de intercambio en todas las transacciones industriales, comerciales, financieras y bancarias de los medios de producción, sin absolutamente ninguna excepción.
La moneda-unidad de producción no tendrá circulación mo-
netaria visible y uniforme, pero su valor será constante y fijo,
y no estará sujeta a especulación alguna.
El uso de la moneda de producción será obligatorio en todas las transacciones de los medios de producción por mediación de estimaciones escritas (cheques, letras, etc.), firmadas por los sindicatos profesionales, vendedor y comprador, y con- troladas por su departamento bancario, de acuerdo con las normas bancarias generales.
Todas las compensaciones bancarias se harán normalmente y por los procedimientos más rápidos de acuerdo con la ley de contabilidad bancaria de la Nueva EconomÃa Social. La manipulación de los capitales de producción estará pre- cisa y totalmente en manos de los sindicatos profesionales, y no se permitirá la utilización por ninguna otra persona natural o jurÃdica, como no sean los servicios económicos de los organismos polÃticos, sociales y judiciales estrictamente necesarios en la nueva sociedad.
3. En el mercado internacional, la base de Comercio Exterior será el intercambio, y el oro y los demás metales preciosos serán en todo caso considerados como mercancÃa de inter- cambio hasta que se llegue a la creación de una moneda internacional.
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