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La Protesta

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La Protesta es un diario anarquista argentino fundado en 1897 y que, luego de sucesivos cierres y reaperturas, continúa publicándose hoy en día. Ya desde sus primeros años se constituyó en un referente ineludible para la prensa anarquista latinoamericana. Actuó durante varios años como vocero de la Federación Obrera Regional Argentina (FORA), manteniendo una línea anarcosindicalista, organizadora, especifista y antiexpropiadora (en este sentido es que protagonizó un encendido debate con otra publicación, La Antorcha) Por sus páginas pasaron reconocidas firmas como Alberto Ghiraldo, Diego Abad de Santillán, Jacobo Maguid , Rodolfo González Pacheco, Florencio Sánchez, Pietro Gori y Emilio López Arango.

"La Protesta Humana será un periódico puramente doctrinal y revolucionario, que tratando todas aquellas cuestiones de actualidad a medida que se vayan desarrollando, arremeterá de firme y sin contemplaciones contra todas las crapulerías burguesas y autoritarias, procurando vulgarizar…la bondad del Ideal anarquista."

La Protesta Humana[edit]

thumb|left|300px|Manifestación obrera anarquista, donde se divisa un ejemplar de La Protesta Con este nombre, y con tirada semanal (a veces quincenal), comenzó a salir el 13 de junio de 1897. Su primer administrador fue el obrero panadero Francisco Berri, y su primer director fue el ebanista catalán Gregorio Inglán Lafarga, también fundador del periódico La Revolución Social (1886). En aquellos primeros años se dedicó, fundamentalmente a traducir material europeo, siendo claves para ello las figuras de los escritores españoles José Prat, Ricardo Mella y Anselmo Lorenzo. Rápidamente alcanzará los 3000 ejemplares semanales que se distribuirán en Buenos Aires, el interior, Lima, San Pablo, Montevideo, Río de Janeiro, Asunción y Santiago de Chile. Una de las campañas claves que realizó en su primera época fue por el exilio del anarquista catalán Torrens Ros. Torrens Ros fue encarcelado y deportado de España. Se exilió en la Argentina, hasta que fue descubierto y nuevamente deportado. Tras una intensa campaña donde La Protesta Humana jugó un rol clave, esta última deportación fue derogada y Torrens Ros volvió a exiliarse en Argentina. En 1901 se funda la Federación Obrera Argentina (FOA, después FORA) y La Protesta Humana, sin ser su órgano oficial, se acerca a la federación. De hecho, Inglán Lafarga fue uno de sus fundadores. En 1902 el entonces presidente Julio Argentino Roca (genocida de los pueblos originarios) impulsó la Ley de Residencia, una herramienta de persecución contra los trabajadores anarquistas extranjeros. La Protesta Humana se vio seriamente afectada por esta persecución: muchos de sus escritores fueron deportados y otros debieron pasar a la clandestinidad.


La Protesta[edit]

En 1903 se reduce el precio de tapa y se acorta el nombre a La Protesta. Un años más tarde adquiere una imprenta propia e instala su redacción en el barrio porteño de San Nicolás. Ese mismo año es elegido director Alberto Ghiraldo, quien incluyó en la publicación la revista cultural Martín Fierro, que también dirigía. Es también en 1904 cuando se vuelve matutino y alcanza su record de ejemplares: todas las mañanas se imprimían 100.000 ejemplares de La Protesta.

Cierres, asaltos y persecuciones[edit]

thumb|left|400px|Tapa del N° 1 de La Protesta Humana En el marco del estado de sitio que siguió a la fallida Revolución Radical de 1905 los talleres de La Protesta son clausurados. Muchos escritores del periódico son deportados: Inglán Lafarga, Alberto Ghirald o, Manuel Vázquez (administrador), Leopoldo Rodríguez (redactor), Antonio Loredo y Francisco Jaquet (secretario de la FORA). Luego de su reapertura, en 1908 la redacción es nuevamente asaltada y cerrada. Muchos de sus números fueron secuestrados por la policía. Entre ellos se destaca su edición número 204 que alertaba sobre Domingo Pupilli, un espía de la policía infiltrado en el movimiento obrero. El 1° de mayo de 1909 la FORA convoca a un acto al que asisten 30.000 trabajadores. La policía, dirigida por Ramón Falcón ataca con un saldo de 8 obreros muertos y 105 heridos. En los días siguientes serán detenidos miembros de la revista y su local atacado. Pese a estas persecuciones, en 1910 se transforma en la única publicación anarquista en el mundo que edita un matutino (La Protesta) y un vespertino (La Batalla). Ese mismo año será nuevamente cerrada, después del allanamiento a sus talleres. También en 1910 el local de La Protesta sufre ataques de "hordas patrióticas" cuando desde el periódico se encabezaba una campaña para derogar la Ley de Residencia. En 1912, para protejerse de los ataques fascistas, el periódico pasa a la clandestinidad y se edita semanalmente, con una tirada de 10.000 ejemplares, hasta el año siguiente. En 1913 la policía vuelve a allanar los talleres y detiene al director T.Antillí (tres años de encierro) y al tesorero A. Barrera (un año y medio). Tras estas detenciones, R. González Pacheco se hace cargo de la dirección de la publicación. A comienzos de 1916 Barrera acepa dinero de una empresa para intensificar el boicot contra una marca de cerveza de otra empresa “rival”, hecho que se hizo público. Barrera reconoce el hecho y la asamblea finalmente lo defiende. Pacheco, Antillí, Florencio González, A. Allievi y demás redactores abandonan La Protesta en desacuerdo y editan por un breve lapso de tiempo La Protesta Humana. Durante la Semana de Enero de 1919 estalló la huelga general en todo el país. La Protesta exhortaba a la lucha armada. En 1926 La Protesta se vuelve revista. Comienza a salir quincenalmente con colaboradores como Max Nettlau, Luigi Fabbri y Rudolf Rocker. En 1929 la FORA y La Protesta acusan a La Antorcha por defender al anarquista expropiador Severino Di Giovanni y rompen relaciones con el periódico. A lo largo de toda la década del '20 La Protesta participa de numerosas campañas. Difunde la masacre en La Forestal, la huelga en la General Motos (1929) y los acontecimientos de la Patagonia; protagoniza las campañas por la libertad de Saco, Vanzetti y Radowitzky; y cubre la fundación de la AIT, entre otras.

1930[edit]

El golpe de 1930 encuentra al anarquismo más debilitado que años atrás, pero con la suficiente fuerza para reunir a las dos líneas: La Protesta y los antorchistas coinciden en detener el golpe de Estado como fuera. Los marítimos del FOM se compromenten a hundir barcos en el puerto de Buenos Aires para detener a la Marina y los ferroviarios a frenar el tránsito. El ejército actúa rápido y a los pocos días los presidios están abarrotados de anarquistas. Tras fusilamientos (entre ellos el de Joaquín Penina, por ser canillita del periódico) y exilios, La Protesta se cierra. Se reabre tras la asunción de Justo en la presidencia. Es declarada ilegal y debe volver a emitirse en la clandestinidad. En 1935 los miembros de La Protesta impulsan la formación de la FACA (Anarco Comunista Argentina). En los '30 La Protesta toma parte activamente de la Guerra Civil Española. Mandan ayuda económica, alimentos y hasta algunos de sus militantes se marchan a Barcelona a combatir. De cualquier manera, con el anarquismo en reflujo en la sociedad argentina frente al avance del comunismo, la influencia del diario va disminuyendo.

Peronismo y Revolución Libertadora[edit]

Durante el peronismo La Protesta se publica en la clandestinidad, encontrándose su imprenta en el local de la Biblioteca Popular José Ingenieros. Con la llamada Revolución Libertadora, el golpe de Estado que puso fin al gobierno peronista en 1955, La Protesta salió de la clandestinidad. Aunque no por más de un año. En junio de 1956 el gobierno militar la allana, clausura y detiene a uno de sus redactores.


Durante las décadas siguientes el periódico se mantuvo con publicaciones esporádicas, sorteando dificultades económicas que muchas veces implicaron cierres prolongados.

Véase también[edit]