Still working to recover. Please don't edit quite yet.
C.9 - ¿Las polÃticas laissez-faire no reducirÃan el desempleo?
Contents
¿Las polÃticas laissez-faire no reducirÃan el desempleo?[edit]
Primero, tenemos que decir que "el capitalismo actual" de occidente lo que hace es gestionar el desempleo para asegurar altos ratios de beneficios para la clase capitalista (ver sección C.8.3) - disciplina del estado para la clase trabajadora, protección del estado para la clase dirigente, en otras palabras. Como Edward Herman señala:
"la economÃa conservadora ha desarrollado el concepto de 'tasa natural de desempleo' [que Herman define como 'la tasa de desempleo preferida para las clases propietarias'] ... [que] se define como el nivel mÃnimo consistente con la estabilidad de precios, pero, como se basa en un modelo altamente abstracto que no es directamente comprobable, la tasa natural sólo se puede inferir del nivel de precios. Esto es, si los precios suben, el desempleo está por debajo de la 'tasa natural', demasiado bajo ... aparte de la groserÃa de este tipo de metafÃsicas, el sólo concepto de ratio natural de desempleo conlleva un tremendo prejuicio. Toma como dado todos los otros factores institucionales que influyen en el nivel de precios (estructuras de mercados y poderes independientes para poner precios, polÃticas domésticas y exteriores de inversiones, la distribución del ingreso, la mezcla monetaria y fiscal, etc...) y se enfoca sólamente en la rigidez del mercado laboral como variable a controlar. La inflación es la principal amenaza, el mercado de trabajo (esto es, ratios de salarios y niveles de desempleo) es el centro de la solución al problema."
De algún modo, es entendible que la clase dirigente dentro del capitalismo desee manipular el desempleo a su manera y divertir cuestiones sobre sus beneficios, propiedades y poder al mercado laboral. La gestión de las depresiones (como indica el alto nivel de desempleo) permite que se extraigan mayores beneficios de los trabajadores ya que la jerarquÃa de mando es más segura. Cuando los tiempos son duros, los trabajadores con empleo se lo piensan dos veces antes de alzarse contra sus jefes y por lo tanto, trabajan más tiempo, con mayor fuerza y en peores condiciones. Esto asegura que el valor excedente aumente en relación a los salarios reales (realmente, en los Estados Unidos, los salarios reales han permanecido estancados desde 1973 mientras los beneficios han crecido de manera masiva). Además, tales polÃticas aseguran que las discusiones polÃticas sobre inversiones, beneficios, poder y demás ("los otros factores institucionales") se reduzcan y se desvÃen porque la clase trabajadora está demasiado ocupada intentando llegar a final de mes.
Por supuesto, se puede argumentar que como la tasa 'natural' de desempleo es invisible y se puede mover, la evidencia histórica no sirve de nada -- puedes probar cualquier cosa con un valor móbil e invisible. Pero si este es el caso entonces cualquier intento de mantener un ratio "natural" también carece de significado ya que la única forma de descubrirlo es observando los niveles de inflación (y con un valor invisible e inmovil, la teorÃa es siempre verdadera después de los hechos -- si la inflación aumenta mientras el desempleo también aumenta, entonces la tasa natural de desempleo se ha incrementado; si la inflación baja mientras el desempleo sube, la tasa ha disminuido). Lo que significa que la gente se va al paro no sea que la tasa de desempleo caiga por debajo de (la invisible y móbil) tasa 'natural' de desempleo y esto dañe los intereses de la clase dirigente (la alta inflación daña los ingresos de los intereses y el pleno empleo exprime los beneficios al incrementar el poder de los trabajadores). Debido a que la mayorÃa de los principales economistas apoyan esta falacia, esto muestra cómo la "ciencia" se acomoda a las necesidades de los poderosos.
Los defensores del capitalismo de "libre mercado" tienen pues razón, "el capitalismo que actualmente existe" ha creado grandes niveles de desempleo. La cuestión que ahora surge es, ¿podrá un capistalismo más "puro" crear pleno empleo?"
Primero, deberÃamos señalar que algunos defensores del capitalismo de "libre mercado" afirman que el mercado no tiene ninguna tendencia al equilibrio, lo que significa que el pleno empleo es imposible, pero sólo unos cuantos afirman esta obvia conclusión en sus teorÃa. Sin embargo, la mayorÃa afirma que el pleno empleo puede ocurrir. Los anarquistas están de acuerdo, el pleno empleo puede ocurrir en un capitalismo de "libre mercado", per no para siempre (ni para periodos prolongados). Como el economista polaco Michal Kalecki señala en relación al capitalismo pre-keynesiano, la "reserva del equipamiento en capital y las legiones de desempleados en reserva son caracterÃsticas tÃpicas de la economÃa capitalista por lo menos durante gran parte del ciclo económico." (Citado por George R. Feiwel, El Capital Intelectual de Michal Kalecki, p. 130)
Los cortos periodos de pleno empleo y los largos periodos de desempleo creciente y decremiente es el resultado más común del capitalismo de "libre mercado" que el pleno empleo continuado. Como dijimos en la sección B.4.4 y en la sección C.7.1, el capitalimos necesita del desempleo para funcionar exitosamente y por lo tanto el capitalismo de "mercado libre" experimentará periodos de auges y depresiones, con el desempleo creciendo y decreciendo en el tiempo (como se puede ver en el capitalismo del siglo XIX). Por lo tanto, el pleno empleo en el capitalismo es raro que dire (tampoco el pleno empleo llenarÃa la mayor parte del ciclo económico). Más aún, la noción de que el capitalismo se mantiene naturalmente en equilibrio o que el desempleo es un ajuste temporal es falso, incluso tomando la lógica de la economÃa neoclásica. Como Proudhon indica:
"Convienen en ello los economistas [que las máquinas crean desempleo]: pero repiten aquà su cantinela de siempre, que después de transcurrido cierto tiempo, habiendo aumentado la demanda del producto en proporción con la rebaja del precio [causado por la inversión], concluirá el trabajo por ser a su vez más solicitado que antes. CON EL TIEMPO se restablecerá, a no dudarlo, el equilibrio; pero lo repito, no se restablecerá el equilibrio en un punto que no esté roto en otro; porque el trabajo, del mismo modo que el espÃritu inventivo, no se detiene nunca ... "
Que el capitalismo crea desempleo permanente y, ciertamente, nececesita de ello para funcionar es una conclusión a la que pocos, si algunos, pro-capitalistas de "libre mercado" se adhieren. Enfrentados a la evidencia empÃrica de que el pleno empleo es raro en el capitalismo, argumentan que la realidad no se acerca lo suficiente a sus teorÃas y que tiene que cambiar (normalmente debilitando el poder de los trabajadores mediante reformas del estado del bienestar y reducción del poder de los sindicatos). Por lo tanto, la realidad es la culpable, no la teorÃa (recitando a Proudhon, "la economÃa polÃtica, es decir, el despotismo propietario, jamás puede dejar de tener razón: la culpa es siempre de los proletarios" [ Op. Cit. p.170 ] ) Por lo tanto, si el desempleo existe, entonces es porque los salarios reales están muy altos, no porque los capitalistas necesiten el desempleo para disciplinar al trabajo (ver sección C.9.2 para las evidencia sobre la falsedad de la teorÃa neo-clásica). O si los salarios reales están disminuyendo mientras el desempleo sube, sólo puede significar que los salarios reales no bajan lo suficientemente rápidos -- ¡la evidencia empÃrica nunca es suficiente para falsificar deducciones lógicas de suposiciones!
(como nota aparte diremos que uno de los aspectos más asombrosos de la "ciencia" de la economÃa es que la evidencia empÃrica no es nunca suficiente para regutar sus afirmaciones. Como el economistas de izquierdas Nicholas Kaldor una vez dijo, "pero al contrario de cualquier teorÃa cientÃfica, donde las suposiciones básicas se escojen en base a las observaciones directas del fenómeno cuyo comportamiento forma la materia de la teorÃa, las suposiciones básicas de la teorÃa económica son de un tipo inverificable ... o que están directamente contrariadas por la observación." [Ensayos sobre la EconomÃa Aplicada, pp. 177-8] O, si cojemos la expresión económica estándar "en en largo plazo", podemos señalar que a no ser que se nos de realmente un tiempo, nunca quedará claro cuanta evidencia debe ser recogida antes de que alguien pueda aceptar o rechazar la teorÃa.)
Por supuesto, la realidad normalmente rÃe la última sobre cualquier ideologÃa. Por ejemplo, desde finles de los 70 y principio de los 80 los partidos de derechas llegaron al poder en muchos paÃses alrededor del mundo. Estos régimenes han hecho muchas reformas pro mercados libres, argumentando que una dosis de fuerzas de mercado bajarÃa el desempleo, incrementarÃa el crecimiento etc... La realidad sin embargo se probó diferente. Por ejemplo, en Gran Bretaña, para cuando el gobierno laborista de Tony Blair volvió al poder en 1997, el desempleo (disminuyendo) estaba más alto que la última vez que el gobierno laborista dejó el poder en Mayo 1979. 18 años de reformas del merado de trabajo no habÃan reducido el desempleo. Se puede afirman, en palabras de dos crÃticos del neo-liberalismo, que "el rendimiento de la econmÃa mundial desde que se liberalizó el capital ha sido peor que cuando estaba fuertemente controlado" y que "hasta ahora, el rendimiento del capital liberalizado no ha cumplido las espectativas que despertó." [Larry Elliot y Dan Atkinson, La Edad de la Inseguridad, p. 274, p. 223]
Por último, es aparente de un solo vistazo a la historia del capitalismo durante sus dÃas de laissez-faire en el sigo 19 que la "libre" competencia entre trabajadores en busca de trabajos no lleva al pleno empleo. Entre 1870 y 1913, el desempleo estaba en una media del 5.7% en los 16 paÃses capitalistas más avanzados. Esto se compara con una media del 7.3% entre 1913-50 y un 3.1% entre 1950-70. Si el laissez-faire llevase al pleno empleo, estos números estarÃa al revés. Como se discute más arriba (en la sección C.7.1), el pleno empleo no puede ser una caracterÃstica fija del capitalismo debido a su naturaleza autoritaria y sus requierimientos de producción orientado al beneficio. Para resumir, el desempleo tiene más que ver que la propiedad privada que con el salario de nuestros compañeros y compañeras trabajadoras.
Sin embargo, vale la pena discutir porqué el capitalismo de "mercado libre" está en un error al reclamar que el desempleo no estará en su sistema durante un periodo largo de tiempo. Además, hacerlo indica la pobreza de su teorÃa de, y "solución" para, el desempleo y la misera humana que causarÃan. Esto lo hacemos en la siguiente sección.
¿Recortar los salarios reducirÃa el desempleo?[edit]
El argumento de los capitalistas de "libre-mercado" (los neoclásicos, los neoliberales o los austriacos) es que el desempleo está causado porque el salario real de los trabajadores está por encima del nivel que marca el mercado. Los trabajadores, se dice, están más interesados en el valor monetario de sus salario que en su valor real (que es la cantidad de bienes que pueden comprar con ese salario). Esto les lleva a resistirse a los recortes salariales incluso si los precios están cayendo, llevando a un aumento en sus salarios reales. En otras palabras, se están poniendo un precio que les saca del trabajo sin darse cuenta (el que el desempleo esté causado por los altos salarios se discutirá en la siguiente sección).
De este análisis viene el argumento de que si a los trabajadores se les dejara competir 'libremente' entre ellos por los puestos de trabajo, los salarios reales decrecerÃan. Esto reducirÃa los costes de producción y esto producirÃan una expansión de la producción que darÃa empleo a los que están en paro. Por tanto el desempleo se verÃa reducido. La intervención del Estado (por ejemplo, ayudas al desempleo, programas sociales, derechos para organizarse, salarios mÃnimos, etc...) y la activdad de los sindicatos, según esta teorÃa, es la causa del desempleo, porque dichas intervenciones y actividades fuerzan los salarios por encima del nivel del mercado, y por lo tanteo aumentan los costes de producción 'forzando' a los empleadores a 'dejar que la gente se vaya'.
Por lo tanto, segúm la teorÃa económica neo-clásica , las empresas ajustan la producción para igualar el coste marginal de sus productos (el coste de producir 'una unidad más') a el precio del producto determinado por el mercado. Por lo que una reducción de los costes en teorÃa llevarÃa a una expansión de la producción, produciendo trabajo para los temporalmente desempleados y moviendo a la economÃa hacia el equilibrio del pleno desempleo.
Por lo tanto, en la teorÃa neo-clásica, el desempleo se puede reducir reduciendo los salarios reales de los trabajadores en activo. Sin embargo, este argumento es erróneo. Mientras el reducir los salarios tiene sentido para una empresa, no tendrÃa este efecto a través de toda la economÃa en conjunto (lo que serÃa necesario para reducir el desempleo en un paÃs). Esto es porque en todas las versiones de la teorÃa neo-clásica, se asume que los precios dependen (al menos en parte) de los salarios. Si todos los trabajadores aceptan recortes en sus salarios, todos los precios caerÃan y habrÃa poca reducción en el poder adquisitivo de los trabajadores. En otras palabras, la caida de los salarios reducirÃa los precios y dejarÃa los salarios reales casi igual y el desempleo continuarÃa.
Sin embargo, si los precios se mantienen o se ven sólo ligeramente reducidos (la riqueza se ha distribuido de los trabajadores a sus empleadores), entonces el efecto de este recorte de salarios reales no aumentarÃa el empleo, lo disminuirÃa. Pues el consumo de las personas dependen de sus ingresos, y si sus ingresos han caido, en términos reales, asà caerá también su consumo. Como Proudhon apuntaba en 1846, 'si los productores ganan menos, comprarán menos ... [lo que llevará a] crear ... sobre-producción y destitución 'porque' aunque los trabajadores os cuestan [a vosostros los capitalistas], también son vuestros consumidores: ¿qué haréis con vuestros productos si, rechazados los jornaleros por vosotros, no los consumiesen? Asà las máquinas, después de haber aplastado a los trabajadores, no tardan en herrir de rechazo a los patronos; porque si la producción exluye el consumo, se ve pronto obligada a pararse' [Sistema de las Contradicciones Económicas, Vol I p.172]
Pero en la teorÃa de 'libre-mercado' capitalista, tal posibilidad de equilibrio de mercado con desempleo es imposible. Los neo-liberales rechazan la afirmación de que recortar los salarios no reducirÃa la demanda de consumo de bienes sin automáticamente aumentaar la inversión suficiente que la compense. Los neo-clásicos argumentan que la inversión aumentará para ocupar el descenso del consumo de la clase trabajadora.
Sin embargo, para poder hacer esta afirmación, la teorÃa depende de tres suposiciones crÃticas: que las empresas pueden expandir la producción, que lo hará, y que, si lo hacen, puedan vender su mayor producción. Sin embargo esta teorÃa y estas suposiciones pueden ser cuestionadas.
El primer supuesto expone que siempre es posible para una empresa el contratar nuevos trabajadores. Pero incrementar la producción requiere algo más que mano de obra. Si los medios de producción no están disponible, el empleo no crecerá. Por tanto, la suposición de que la mano de obra puede ser siempre absorbida para producir un aumento en las salidas en plenamente irrealista.
Después, ¿aumentarán la producción las empresas cuando el coste de la mano de obra se reduzca? Apenas. El aumento de producción creará un aumento de la oferta y se comerá parte de los beneficios extra de la reducción de los salarios. Si el desempleo resulta en una bajada general de los salarios, las empresas pueden aprovechar la ocasión para reemplazar a los trabajadores o forzarles a aceptar recortes salariales. Si esto pasara, ni la producción ni el empleo aumentarÃan. Sin embargo, se puede argumentar que el exceso de beneficios aumentarÃa la inversión en la economÃa (una suposición clave en la economÃa neo-clásica). La respuesta es obvia: puede que sÃ, y puede que no. Una economÃa débil puede que aconseje precaución financiera y harÃa que los capitalistas retuvieran la inversión hasta que estuvieran convencidos de que los beneficios pueden durar.
Esto nos lleva directamente a la tercera suposición, la que se refiere a que los productos puedan ser vendidos. Pero cuando los salarios bajan, baja con ellos el poder adquisitivo de los trabajadores, y si esto no se ve nivelado con el aumento de gasto en otra parte, la demanda agregada total se verá reducida. Por lo tanto una caida de los sueldos puede llevar al mismo desempleo o a incluso más al caer la demanda agregada haciendo que las empresas no encuentren un mercado para sus bienes. Sin embargo, las empresas no hacen (no pueden hacer) un uso instantáneo de inversión del aumento de fondos debido al traspaso de los sueldos a los beneficios (bien por precaución financier bien por falta de facilidades). Esto lleva a una reducción de la demanda agregada mientras los beneficios se acumulan pero no se usa, llevando a la producción de stocks de mercancÃas no vendibles y reducción de precios. Esto significa que la reducción real de la bajada de precios se verá cancelada por la reducción de precios con el objetivo de vender los stocks, y el paro permanece.
Asà pues, la respuesta neo-clásica de que la inversión aumentará debido a los menores costes creando mayores beneficios, llevando a un mayor ahorro y, finalmente, a una mayor inversión, es una respuesta débil. Los menores costes significarán mayores beneficios sólo si los productos se venden, lo que puede que no se realice si la demanda se ve negativamente afectada. En otras palabras, unos mayores márgenes de beneficios no resultan en mayores beneficios debido al descenso del consumo creado por la reducción del poder de compra de los trabvajadores. Y, como Michael Kalecki lo expone, el recorte de salarios en una crisis puede ser inefectivo porque las ganancias en los beneficios no son aplicables inmediatamente en aumentar la inversión y la reducción del poder de compra en los salarios puede causar un descenso en las ventas, lo que significa que mayores márgenes de beneficios no resultan en mayores beneficios. Más aún, como Keynes señalaba hace ya mucho tiempo, las fuerzas y las motivaciones que gobiernan el ahorro, son bastante distintas de aquellas que gobiernan la inversión. Por tanto, no hay necesidad de que esas dos cantidades coincidan siempre. Por tanto, las empresas que han reducido sus salarios puede que no sean capaces de vender tanto como antes, no digamos el que vendan más. En ese caso, recortarán la producción, añadiendo más desempleo y bajando aún más la demanda. Esto puede llevar a una espiral viciosa de una demanda en reducción llevando a la producción a la depresión (el resultado polÃtica de tal proceso serÃa peligrosos para la supervivencia del capitalismo). Esta espiral es descrita por Kropotkin (casi 40 años antes de que Keynes dijiera los mismo en su TeorÃa General del Desempleo, el Interés y el Dinero):
"Siendo los beneficios la base de la industria capitalista, los bajos beneficios explican todas las ulteriores consecuencias. Los bajos beneficios inducen a los patrones a reducir los salarios, o el número de trabajadores, o el número de dÃas de trabajo durante la semana ... los bajos beneficios en última instancia quieren decir una reducción de los salarios, y bajos salarios quiere decir bajo consumo. Los bajos salarios también significan de algún modo una reducción de consumo por el patrono; y ambos juntos significan menos beneficios y un consumo reducido para esa gran clase media que ha crecido en los paises industrializados, y eso, otra vez, significa una reducción del beneficio para los patronos."
Por tanto, un recorte en los salarios empeorará cualquier recesión, haciéndola más honda y duradera de lo que serÃa. Más que ser la solución al desempleo, cortar los salarios hará las cosas peor (más abajo trataremos la cuestión de si los salarios demasiado altos causan desempleo en primer lugar, como afirma la economÃa neo-clásica). Dado esto, como argumentamos en la sección C.7.1, la inflación está causada por insufientes beneficios para los capitalistas (intentan mantener sus márgenes de beneficio aumentando el precio) este efecto en espiral de recorte de salarios ayuda a obtener lo que los economistas denominanan un "estancamiento" -- aumento de desempleo combinado con un aumento de la inflación (como se vió en los años 70). Al despedir a los trabajadores y volverse estos desempleados, la demanda agregada decae, cortando aún más los márgenes de beneficios y en respuesta los capitalistas aumentan los precios en un intento de recuperar las pérdidas. Sólo una gran depresión puede romper este ciclo (junto con la militancia de los trabajadores). Los y las trabajadoras pagando, una vez más, por las contradicciones del capitalismo.
Esto significa que la clase trabajadora tiene dos opciones en una recesión -- aceptar una depresión aún mayor para que el ciclo de auge y recesión o deshacerse del capitalismo y con el de la naturaleza contradictoria de la producción capitalista que produce los ciclos económicos en primer lugar (sin mencionar otras lindezas como la jerarquÃa o la desigualdad).
El efecto "Pigou" o el efecto del "balance real" es otro argumentop de la teorÃa neo-clásica que tiene como objetivo probar que (al final) el capitalismo pasará de la recesión al auge. Esta teorÃa argumenta que cuando el desempleo es suficientemente alta, llevará a una caida de precios que llevará aun auge del valor real del suministro de dinero y por lo tanto incrementar el valor real de los ahorros. Las personas que tienen tales ahorros se harán más ricos y este incremento en la riqueza permitirá a la gente comprar más y por lo tanto la inversión vovlerá a comenzar. De esta manera, la recesión pasa al auge de una forma natural.
Sin embargo este argumento es erróneo en muchos sentidos. Como resupuesta, Michal Kalecki argumentaba que, primeramente, Pigou ha "asumido que el sistema bancario mantendrÃa el stock de dinero constante ante los ingresos en descenso, aunque no tuvieran ninguna razón en particular para hacerlo." Si la cantidad de dinero en stock cambia, también cambia el valor del dinero. Segundo, que "las ganacias en los ahorradores cuando bajan los precios sea compensada exáctamente por la pérdida de los proveedores de dinero. Por tanto, mientras el valor real de los depósitos en los bancos aumentan para el depositante cuando caen los precios, el pasivo representado por ese depósito para el banco también aumenta en tamaño.". Y tercero, "que la caida de precios y de salarios siginificarÃa que el valor real de los depósitos aumentarÃan, y los deudores se econtrarÃan cada vez con más dificultades para pagar ya que su ingreso real no consigue alcanzar el aumento del valor real de la deuda. Asà es, cuando la caida de precios y de salarios es generada por bajos niveles de demanda, el ingreso real agregado será bajo. Las bancarrota se harán presentes, no se pueden pagar las deudas y seguramente seguirá una crisis de confianza." En otras palabras, los deudores cortarán sus gastos en una cantidad mayor a lo que lo aumentarán los acreedores y por lo tanto la crisis continuará ya que la demanda no ha aumentado. [Malcolm C. Sawyer, La EconomÃa de Michal Kalecki, p. 90]
Asà que como Schweickart, Kalecki y otros observan correctamente, tales observaciones socavan la afirmación neo-clásica de que los sindicatos y la intervención estatal es la responsable del desempleo (o que la depresión de una forma fácil o natural termina gracias al funcionamiento del mercado). Al contrario, en la medida en que los sindicatos y varias provisiones del estado del bienestar previenen que la demanda descienda más allá de lo que lo harÃan durante una recesión, aplican el freno a la espiral descendiente. Lejos de ser los responsables del desempleo, realmente lo mitigan. Esto deberÃa ser obvio, ya que los salarios (y los beneficios) son costes para unas empresas pero son ingresos para otras muchas.
¿Hay paro porque los salarios son demasiado altos?[edit]
Como explicamos en la sección anterior, la mayorÃa de las teorÃas económicas capitalistas afirman que el desempleo es debido a que los salarios son demasiado altos. Cualquier estudiante de económicas dirá que los altos salarios reducen la cantidad de mano de obra demandada, en otras palabras, el desempleo está causado porque los salarios son demasiado altos -- un simple caso de "oferta y demanda." De esta teorÃa esperarÃamos que las áreas con altos salarios también fueran las áreas con mayores niveles de desempleo. Desafortunadamente para la teorÃa, este parece no ser el caso.
La evidencia empÃrica no apoya el argumento neo-clásico por el cual el desempleo está causado porque los salarios reales son demasiado altos. El fenómeno de incremento de los salarios reales durante la fase de auge del ciclo económico (mientras el desempleo se reduce) y su caida durante las recesiones (mientras el desempleo aumenta) hace que sea difil mantener la interpretación neo-clásica de que los salarios reales gobiernan el empleo (los salarios reales son 'pro-cÃclicos', para usar una terminologÃa económica). Pero esta no es la única evidencia contra la teorÃa neo-clásica del desempleo. Will Hutton, el economista neo-Keynesiano que vive en Gran Bretaña, resume una investigación que sugiere que los altos salarios no causan el desempleo:
"los economistas británicos David Blanchflower y Andrew Oswald [examinaron] . . . los datos de doce paÃses sobre la relación actual entre los salarios y el desempleo - y lo que descubrieron es otro desafÃo para las razones del mercado laboral en el libre mercado ... [encontraron] precisamente la relación inversa [de aquella que predice la teorÃa neo-clásica]. A mayores salarios, menor es el desempleo local - y a menores salarios, mayor desempleo local. Como se dice, esto no es una convulsión que pueda cuadrar con las teorÃas de los libros de texto sobre cómo un mercado laboral competitivo deberÃa funcionar."
Blanchflower y Oswald llegan a su conclusión de su investigación de que los trabajadores "que trabajan en áreas de alto desempleo ganan menos, siendo el resto de cosas constantes, que aquellos que están rodeados de un bajo desempleo." [La Curva del Salario, p. 360] Esta relación, exáctamente la contraria a la que predice la teorÃa neo-clásica, se encontró en diferentes paises y en diferentes periodos de tiempo, siendo la curva similar para todos estos paÃses. La evidencia pues sugiere que el alto desempleo está asociado a bajos salarios, no altos, y viceversa.
Mirando evidencia menos extensas encontramos que, cogiendo el ejemplo de los Estados Unidos, si el salario mÃnimo y los sindicatos causan el desempleo, ¿por qué los estados del Sud-Este (con un salario mÃnimo menor y sindicatos más débiles) tienen un ratio de desempleo más alto que el de los estados de Nord-Oeste durante 1960 y 1970? O porqué, cuando el salario mÃnimo (relativo) cayó en la era de Reagan y Bush, no cayó igualmente el desempleo crónico? [Allan Engler, Los Apóstoles de la Avaricia, p. 107]
O el informe "Valorados Hacia la Pobreza" de Low Pay Network que descubrió que en los 18 meses antes de que se abolieran, el Consejo de Salarios Británicos (que establecÃa el salario mÃnimos para varias industrias) vieron un aumento de 18.200 puestos equivalentes de trabajos comparados con una pérdida neta de 39.900 en los 18 meses posteriores. Dado que casi la mitad de las vacantes en los anteriores sectores del Consejo de Salarios pagaban menos de los que se estima que el Consejo de Salarios pagarÃa ahora, y que casi el 15% pagaba menos que el ratio que habÃa en el momento de la abolición, deberÃa (según los argumentos neo-clásicos) de haber un aumento del empleo en estos sectores al tiempo que disminuÃan las pagas. Sin embargo, pasó todo lo contrario. Este estudio muestra claramente que la caida en los sueldos asociados con la abolición del Consejo de Salarios no creó más empleos. El crecimiento en el empleo fue más boyante antes de la abolición que después. Asà que mientras la abolición del Consejo de Salarios no resultó en mayor trabajo, la erosión de los salarios causados por la abolición resulto en que más familias tuvieron que vivir con salario de pobreza.
(Eso no significa que los anarquistas defiendan la imposición de un salario mÃnimo legal. Muchos anarquistas no lo defienden porque quita la responsabilidad de los salarios de los sindicatos y otras organizaciones de clase, a donde pertenecen, y la coloca en las manos del Estado. Mencionamos estos ejemplos para subrayar que lo argumentos de la teorÃa neo-clásica son falsos.)
Mientras esta evidencia puede ser chocante para la economÃa neo-clásica, encaja muy bien con el análisis de los anarquistas y demás socialistas. Para los anarquistas, el desempleo es una manera de imponer disciplina a los trabajadores, y de mantener los ratios de beneficios (esto es, el desempleo es un factor clave para asegurar la explotación de los trabajadores). Cuando la economÃa se acerca al pleno empleo, el poder de los trabajadores aumenta, reduciendo los niveles de explotación y por lo tanto aumentando porción que se llevan los trabajadores de lo que producen (mayores sueldos). Por tanto, desde un punto de vista anarquista, el hecho de que los salarios estén altos en áreas de bajo desempleo no es extraño, ni el fenómeno de los salarios reales pro-cÃclico. Después de todo, como vemos en la sección C.3, el ratio entre sueldos y beneficios, es, en gran medida, un producto del poder de negociación y por lo tanto esperamos que los salarios reales crezcan en el ciclo asecendente del ciclo económico, decaigan en el ciclo descendente y estén altos en áreas de bajo desempleo. Más importante aún, la evidencia sugiere que la afirmación neo-clásica por la cual el desempleo está causado por los sindicatos, salarios "demasiado altos", etc... son afirmaciones completamente falsas. Deteniendo la mayor apropiación de los capitalistas del valor creado por los trabajadores, los altos salarios mantienen la demanda agregada y contribuyen a un menor desempleo (aunque, por supuesto, el bajo desempleo no se puede mantener indefinidamente bajo la esclavitud asalariada debido al aumento de poder de los trabajadores que esto implica). El desempleo es un aspecto clave del sistema capitalista y no se puede hacer desaparecer dentro del mismo. La aproximación neo-clásica de "échadle a culpa a los trabajadores" no consigue entender la naturaleza y la dinámica del sistema.
AsÃ, puede que los altos salario de los trabajadores aumenten la demanda agregada y reduzcan el desempleo del nivel al que estarÃan si los salarios estuvieran más bajos. Esto parece estar demostrado por las investigaciones acerca de la "curva del salario" en muchos paÃses. Esto significa que un capitalismo de "mercado libre", marcado por un mercado laboral totalmente competitivo, sin beneficios sociales, mayores desigualdades y alto poder de las empresas para romper los sindicatos y huelgas verÃa la demanda agregada constantemente subir y bajar en sintonÃa con el ciclo económico, y el desempleo irÃa a la par. Más aún, el desempleo serÃa más alto durante la mayor parte del ciclo económico (y especialmente en la parte más honda) que bajo un capitalismo con programas sociales, sindicatos fuertes y derechos legales a la organización, porque los salarios reales no serÃan capaces de mantenerse en unos niveles que pudieran soportar la demanda agregada ni los desempleados podrÃan usar sus beneficios para estimular la producción.
En otras palabras, un mercado laboral completamente competitivo incrementarÃa la inestabilidad del mercado, ya que los programas sociales y la actividad de los sindicatos mantiene el ingreso de los trabajadores, ingreso que casi en su totalidad es gastado, estabilizando la demanda agregada -- un análisis que se vió confirmado durante los años 80 ("la relación entre la desigualdad medible y la estabilidad económica ... era débil pero si algo sugerÃa es que los paÃses donde hay mayor igualdad mostraba un patrón más estable de crecimiento después de 1979" [Dan Corry y Andrew Glyn, "La MacroeconomÃa de la igualdad, la estabilidad y el crecimiento", en Pagando por la Desigualdad, Andrew Glyn y David Miliband (Eds.) pp. 212-213]).
¿Es la flexibilidad del mercado de trabajo la solución al paro?[edit]
El argumento usual de los neo-liberales es que los mercados laborales tienen que ser más "flexibles" para resolver el problema del desempleo. Esto se consigue debilitando los sindicatos, reduciendo (o quitando por completo) el estado del bienestar, etc... Sin embargo, debemos decir que los argumentos actuales para aumentar la "flexibilidad" del mercado laboral son, de alguna manera, una farsa. El argumento dice que incrementando la flexibilidad, haremos el mercado más "perfecto", la asà llamada tasa "natural" de desempleo caerá (esto es el ratio en el que se dice que la inflación empieza a acelerarse ascendentemente) y por lo tanto el desempleo puede caer sin que se dispare la inflación. Por supuesto, la verdadera causa de la inflación, que los capitalistas intentan mantener sus niveles de beneficio, no se nombre (después de todo, los beneficios, al contrario que los salarios, tienen que ser maximizados por el bien de todos). Tampoco se menciona que la historia de la flexibilidad laboral choca frontalmente con la teorÃa:
"Parece que es un hecho relativamente recientemente el que la mayor flexibilidad mantenida por mercados de trabajo de los Estados Unidos ha conducido a un funcionamiento superior en términos de un menor desempleo, a pesar de el hecho que esta flexibilidad no es ningún fenómeno nuevo. Comparando, por ejemplo, los Estados Unidos con el Reino Unido, en los años 60 los Estados Unidos tenÃan un promedio de 4.8%, con el Reino Unido en el 1.9 %; en los años 70 el promedio de Estados Unidos aumentó al 6.1%, el del Reino Unido a 4.3%, y fue sólo en los años 80 cuando las posiciones se invertieron con los Estados Unidos al 7.2% y el Reino Unido al 10% ... Note que esta inversión de posiciones en los años 80 tuvo lugar a pesar de todos los esfuerzos de la señora Thatcher por aumentar la flexibilidad del mercado laboral ... si la flexibilidad del mercado laboral es importante a lo hora deexplicar el nivel del desempleo ... ¿por qué el nivel de desempleo se mantiente persistentemente alto en un paÃs, Gran Bretaña, en donde se han tomado las medidas activas de crear el flexibilidad?"
Si miramos la fracción de la mano de obra sin trabajo en Estados Unidos, encontramos que en 1969 era del 3.4% (7.3% incluyendo los subempleados) y subió al 6.1% en 1987 (16.8% incluyendo los subempleados). Usando datos más recientes, encontramos que, en promedio, el indice de desempleo era del 6.2% en el periodo 1990-97 comparado al 5.0% del perÃodo 1950-65. Es decir "la flexibilidad" del mercado de trabajo no ha reducido niveles del desempleo, el más, los mercados laborales "flexibles"; se han asociado a niveles más altos de desempleo.
Por supuesto estamos comparando periodos diferentes. Mucho ha cambiado entre 1960 y 1990 y por lo tanto comparar estos dos periodos no puede ser toda la resupuesta. Después de todo, el aumento de la flexibilidad y el incremento del desempleo puede que no estén relacionados. Sin embargo si miramos otros paises en el mismo periodo de tiempo podemos ver si la "flexibilidad" realmente reduce el desempleo. Como un economista británico expone, este puede que no sea el caso:
El desempleo es, por supuesto, más bajo en los Estados Unidos. Pero una vez que tengamos en cuenta todas las formas de no-empleo [tales como el subempleo, los desempleados que no se registrados oficialmente como tal etc...], hay poca diferencia entre Europa y los Estados Unidos: entre 1988 y 1994, el 11% de hombres de 25 a 55 años trabajaban en Francia, comparado con 13% en el Reino Unido, el 14% en los Estados Unidos y el 15% en Alemania."
Además, todas las estimaciones sobre el desempleo en Estados Unidos tiene que tener en cuanta los ratios de encarcelación. Más de un millón de personas estarÃa buscando trabajo si las polÃticas penales estadounidenses fueran similares a las de otras naciones Occidentales. [John Gray, Op. Cit., p. 113]
Tomando el perÃodo 1983 1995, encontramos que alrededor del 30% de la población de la Europa OCDE viven en paÃses con los Ãndices de desempleo medios más bajo que los de Estados Unidos y alrededor 70% en paÃses con un desempleo más bajo que Canadá (cuyos salarios relativos son levemente menos flexibles que los de los Estados Unidos). Además, los paÃses europeos con los Ãndices de desempleo más bajos no fueron observados por su flexibilidad salarial (Austria 3.7%, Noruega 4.1%, Portugal 6.4%, Suecia 3.9% y Suiza 1.7%). Gran Bretaña, que tenÃa probablemente el mercado de trabajo más flexible tenÃa un indice de desempleo medio más alto que la mitad de Europa. Y el indice de desempleo de Alemania está marcadamente influenciado por las áreas que estaban formalmente en Alemania del este. Mirando solamente las regiones de la antigua R.F.Alemana, el desempleo entre 1983 y 1995 era del 6.3%, comparado al 6.6% en los Estados Unidos (y al 9.8% en el Reino Unido).
Asà pues, puede que la "flexibilidad" no sea la solución al desempleo que muchos afirman (después de todo, la falta de un estado del bienestar en el siglo XVIII no detuvo el desempleo ni los largos periodos de depresión). Se podrÃa decir que el alto desempleo de Europa tiene bastante menos que ver con las estructuras rÃgidas y con ciudadanos "bien cuidados" que con la austeridad fiscal y monetaria requerida por la unión europea como se expresó en el tratado de Mastricht. Como este tratado tiene el apoyo de la mayor parte de las clases dominantes de Europa, tal explicación está fuera de la agenda polÃtica.
Más aún, si miramos la racionalidad detrás de la "felixibilidad" encontramos un hecho extraño. Mientras el mercado laboral se intenta hacer más "flexible" y más en linea con el ideal de "perfecta competencia", en el lado capitalistaa no se está realizando ningún intento por llevarlo hacia ese modelo. No olvidemos que la competencia perfecta (la condición teórica en la cual todos los recursos, incluida la mano de obra, serán eficientemente utilizados) establece que tiene que haber una gran cantidad de compradores y una gran cantidad de vendedores. Este es el caso en la parte de los vendedores en un mercado laboral "flexible", pero no es el caso de los compradores (donde, como indicamos en la sección C.4, domina el oligopolio). Muchos de los que están a favor de un mercado laboral "flexible" son los mismos que están en contra de la división de las grandes empresas y de los mercados oligopolÃsticos asà como de parar las fusiones entre compañÃas dominantes dentro y entre mercados. El modelo requiere que ambas partes sean "flexibles", asà que ¿por qué esperar que haciendo una sóla parte más "flexible" tendrá un efecto positivo en el conjunto? No hay ninguna razón lógica para esto. Es más, con en cambio de poder resultante en los mercados de trabajo, las cosas pueden empeorar al distribuirse los ingresos del trabajo al capital. Es un poco como esperar que haya paz entre dos facciones en lucha desarmando a una de ellas y diciendo que porque el número de armas se ha reducido a la mitad, ¡ la paz se ha multiplicado por dos! por supuesto, la única "paz" que resultarÃa serÃa la paz de los cementeros o la de las personas conquistadas -- la subordinación puede pasar por paz, si no la miras demasiado cerca. Al final, los llamamientos a la "flexibilidad" laboral indican la verdad que bajo el capitalismo, la mano de obra existe para satisfacer las necesidades del capital (o que el trabajo vivo sirve las necesidades del trabajo muerto, una forma realmente demente de organizar una sociedad).
Todo esto no sorprende a los anarquistas ya que reconocemos que la "flexibilidad" sólo significa la pérdida de poder de negociación del trabajo para incrementara el poder y los beneficios de los ricos (de ahà la expresión ¡"flexplotación"!). Ls Mayor "flexibilidad" ha sido asociada a mayor, no menor, desempleo. Esto, de nuevo, no es sorprendete, ya que los mercados laborales "flexibles" básicamente son mercados en los que los trabajadores están encantados de tener cualquier trabajo y afrontan mayores inseguridades en el trabajo (realmente, la "inseguridad" serÃa una palabra más honesta para describir el ideal de un mercado laboral competitivo, más que "flexibilidad", pero con tal honestidad, se les verÃa el plumero). En tal ambiente, el poder de los trabajadores se reduce, lo que quiere decir que el capital consigue un porcentaje mayor del ingreso nacional que el que obtienen los trabajadores, y que estos están menos inclinados a defender sus derechos. Esto contribuye a una caida en la demanda agregada, aumentando el desempleo. Además, debemos notar que la "flexibilidad" tendrá poco efecto en el desempleo (no asà en los beneficios) ya que la reducción del poder de negociación puede resultar en más, no menos, desempleo. Esto es porque las empresas pueden despedir al "exceso" de trabajadores a su antojo, aumentar las horas de los que permanecen (la paradoja de la sobreexplotación y el desempleo es sólo una expresión de cómo funciona el capitalismo) y salarios estancados o en retroceso reducen la demanda agregada. Por tanto la paradoja de que mayor "flexibilidad" resulta en mayor desempleo es sólo una paradoja en el marco-neoclásico. Desde el punto de vista anarquista, es, simplemente, la forma en la que funciona el sistema.
Y debemos añadir que siempre que los gobiernos han intentado hacer el mercado laboral "altamente competitivo" ha sido resultado de una dictadura (como en el Chile de Pinochet) o ha ocurrido al mismo tiempo que se aumentaba la centralización del estado y se aumentaba el poder de la policÃa y de la patronal (como por ejemplo en Gran Bretaña com Thatcher o con Reagan en los Estados Unidos). Los presidentes latinoamericanos que intentan introducir el neo-liberalismo en sus respectivos paises han tenido que seguir el juego y pasar por encima de las instituciones democráticas usando la tradicional costrumbre latinoamericana de gobernar por decreto para esquivar la oposición del congreso... también se han visto afectados los derechos civiles. En Bolivia el gobierno intentó quebrar la oposición de los sindicatos... declarando el estado de sitio y encarcelando a 143 lÃderes sindicales... en Colombia, el gobierno usó la ley antiterrorista en el año 1993 para procesar a 15 lÃderes sindicales que se oponÃan a la privatización de la compañÃa estatal de telecomunicaciones. En el ejemplo más extremo, Alberto Fujimori en Perú simplemente disolvió un congreso que le causaba problemas ... y tomando los poderes de emergencia." (Duncan Green, La Revolución Silenciosa, p. 157)
Esto no nos debe sorprender. Las personas, cuando se las deja, crean comunidades, se organizan colectivamente para buscar su felicidad y protegen su comunidad y su entorno. En otras palabras, formarán asociaciones y lazos que influyen en las decisiones que les afectan. Para crear un mercado "altamente competitivo", los individuos deben ser atomizados, y los sindicatos, comunidades y asociaciones deben ser debilitadas, o destruidas, para poder privatizar completamente la vida. El poder del estado se debe usar para debilitar a la masa, restringir su libertad, controlar las organizaciones populares y protestas sociales y asà asegurarse de que el libre mercado puede funcionar sin la oposición del sufrimiento humano, la miseria y el dolor que causa. Las personas, para usar el vil término de Rousseau, "deben ser forzados a ser libres." Y, desafortunadamente para el neo-liberalismo, los paises que intentaron reformar sus mercados laborales aún siguieron sufriendo el alto desempleo, y además mayor desigualdad social y pobreza y aún eran dependientes de las idas y venidas del ciclo económico. La única solución real al problema del desempleo es acabar con el trabajo asalariado y liberar a la humanidad de las necesidades del capital.
¿No es el desempleo algo voluntario?[edit]
Here we point out another aspect of the free market capitalist "blame the workers" argument, of which the diatribes against unions and workers' rights highlighted above is only a part. This is the assumption that unemployment is not involuntary but is freely chosen by workers. As Nicholas Kaldor put it, for "free market" economists involuntary employment "cannot exist because it is excluded by the assumptions." [Further Essays on Applied Economics, p. x] Many neo-classical economists claim that unemployed workers calculate that their time is better spent searching for more highly paid employment (or living on welfare than working) and so desire to be jobless. That this argument is taken seriously says a lot about the state of modern capitalist economic theory, but as it is popular in many right-wing circles, we should discuss it.
David Schweickart notes, these kinds of arguments ignore "two well-established facts: First, when unemployment rises, it is layoffs, not [voluntary] quits, that are rising. Second, unemployed workers normally accept their first job offer. Neither of these facts fits well with the hypothesis that most unemployment is a free choice of leisure." [Against Capitalism, p. 108] When a company fires a number of its workers, it can hardly be said that the sacked workers have calculated that their time is better spent looking for a new job. They have no option. Of course, there are numerous jobs advertised in the media. Does this not prove that capitalism always provides jobs for those who want them? Hardly, as the number of jobs advertised must have some correspondence to the number of unemployed and the required skills and those available. If 100 jobs are advertised in an areas reporting 1,000 unemployed, it can scarcely be claimed that capitalism tends to full employment. This hardly gives much support to the right-wing claim that unemployment is "voluntary" and gives an obvious answer to right-wing economist Robert Lucas's quest "to explain why people allocate time to . . . unemployment, we need to know why they prefer it to all other activities." [quoted by Schweickart, Op. Cit., p. 108] A puzzle indeed! Perhaps this unworldly perspective explains why there has been no real effort to verify the assertion that unemployment is "voluntary leisure."
Somewhat ironically, given the desire for many on the right to deny the possibility of involuntary unemployment this perspective became increasingly influential at precisely the same time as the various theories of the so-called "natural rate" of unemployment did (see section C.9). Thus, at the same time as unemployment was proclaimed as being a "voluntary" choice economics was also implicitly arguing that this was nonsense, that unemployment is an essential disciplinary tool within capitalism to keep workers in their place (sorry, to fight inflation).
In addition, it is worthwhile to note that the right-wing assumption that higher unemployment benefits and a healthy welfare state promote unemployment is not supported by the evidence. As a moderate member of the British Conservative Party notes, the "OECD studied seventeen industrial countries and found no connect between a country's unemployment rate and the level of its social-security payments." [Dancing with Dogma, p. 118] Moreover, the economists David Blanchflower and Andrew Oswald "Wage Curve" for many different countries is approximately the same for each of the fifteen countries they looked at. This also suggests that labour market unemployment is independent of social-security conditions as their "wage curve" can be considered as a measure of wage flexibility. Both of these facts suggest that unemployment is involuntary in nature and cutting social-security will not affect unemployment.
Another factor in considering the nature of unemployment is the effect of decades of "reform" of the welfare state conducted in both the USA and UK since 1980. During the 1960s the welfare state was far more generous than it was in the 1990s and unemployment was lower. If unemployment was "voluntary" and due to social-security being high, we would expect a decrease in unemployment as welfare was cut (this was, after all, the rationale for cutting it in the first place). In fact, the reverse occurred, with unemployment rising as the welfare state was cut. Lower social-security payments did not lead to lower unemployment, quite the reverse in fact.
Faced with these facts, some may conclude that as unemployment is independent of social security payments then the welfare state can be cut. However, this is not the case as the size of the welfare state does affect the poverty rates and how long people remain in poverty. In the USA, the poverty rate was 11.7% in 1979 and rose to 13% in 1988, and continued to rise to 15.1% in 1993. The net effect of cutting the welfare state was to help increase poverty. Similarly, in the UK during the same period, to quote the ex-Thatcherite John Gray, there "was the growth of an underclass. The percentage of British (non-pensioner) households that are wholly workless -- that is, none of whose members is active in the productive economy -- increased from 6.5 per cent in 1975 to 16.4 per cent in 1985 and 19.1 per cent in 1994. . . Between 1992 and 1997 there was a 15 per cent increase in unemployed lone parents. . . This dramatic growth of an underclass occurred as a direct consequence of neo-liberal welfare reforms, particularly as they affected housing." [False Dawn, p. 30] This is the opposite of the predictions of right-wing theories and rhetoric.
As Gray correctly argues, the "message of the American [and other] New Right has always been that poverty and the under class are products of the disincentive effects of welfare, not the free market." He goes on to note that it "has never squared with the experience of the countries of continental Europe where levels of welfare provision are far more comprehensive than those of the United States have long co-existed with the absence of anything resembling an American-style underclass. It does not touch at virtually any point the experience of other Anglo-Saxon countries." He points to the example of New Zealand where "the theories of the American New Right achieved a rare and curious feat -- self-refutation by their practical application. Contrary to the New Right's claims, the abolition of nearly all universal social services and the stratification of income groups for the purpose of targeting welfare benefits selectively created a neo-liberal poverty trap." [Op. Cit., p. 42]
So while the level of unemployment benefits and the welfare state may have little impact on the level of unemployment (which is to be expected if the nature of unemployment is essentially involuntary), it does have an effect on the nature, length and persistency of poverty. Cutting the welfare state increases poverty and the time spent in poverty (and by cutting redistribution, it also increases inequality).
If we look at the relative size of a nation's social security transfers as a percentage of Gross Domestic Product and its relative poverty rate we find a correlation. Those nations with a high level of spending have lower rates of poverty. In addition, there is a correlation between the spending level and the number of persistent poor. Those nations with high spending levels have more of their citizens escape poverty. For example, Sweden has a single-year poverty rate of 3% and a poverty escape rate of 45% and Germany has figures of 8% and 24% (and a persistent poverty rate of 2%). In contrast, the USA has figures of 20% and 15% (and a persistent poverty rate of 42%).
Given that a strong welfare state acts as a kind of floor under the wage and working conditions of labour, it is easy to see why capitalists and the supporters of "free market" capitalism seek to undermine it. By undermining the welfare state, by making labour "flexible," profits and power can be protected from working people standing up for their rights and interests. Little wonder the claimed benefits of "flexibility" have proved to be so elusive for the vast majority while inequality has exploded. The welfare state, in other words, reduces the attempts of the capitalist system to commodify labour and increases the options available to working class people. While it did not reduce the need to get a job, the welfare state did undermine dependence on any particular employee and so increased workers' independence and power. It is no coincidence that the attacks on unions and the welfare state was and is framed in the rhetoric of protecting the "right of management to manage" and of driving people back into wage slavery. In other words, an attempt to increase the commodification of labour by making work so insecure that workers will not stand up for their rights.
Unemployment has tremendous social costs, with the unemployed facing financial insecurity and the possibility of indebtedness and poverty. Many studies have found that unemployment results in family distribution, ill health (both physical and mental), suicide, drug addition, homelessness, malnutrition, racial tensions and a host of other, negative, impacts. Given all this, given the dire impact of joblessness, it strains belief that people would choose to put themselves through it. The human costs of unemployment are well documented. There is a stable correlation between rates of unemployment and the rates of mental-hospital admissions. There is a connection between unemployment and juvenile and young-adult crime. The effects on an individual's self-respect and the wider implications for their community and society are massive. As David Schweickart concludes the "costs of unemployment, whether measured in terms of the cold cash of lost production and lost taxes or in the hotter units of alienation, violence, and despair, are likely to be large under Laissez Faire." [Op. Cit., p. 109]
Of course, it could be argued that the unemployed should look for work and leave their families, home towns, and communities in order to find it. However, this argument merely states that people should change their whole lives as required by "market forces" (and the wishes -- "animal spirits," to use Keynes' term -- of those who own capital). In other words, it just acknowledges that capitalism results in people losing their ability to plan ahead and organise their lives (and that, in addition, it can deprive them of their sense of identity, dignity and self-respect as well), portraying this as somehow a requirement of life (or even, in some cases, noble).
It seems that capitalism is logically committed to viciously contravening the very values upon which it claims it be built, namely the respect for the innate worth and separateness of individuals. This is hardly surprising, as capitalism is based on reducing individuals to the level of another commodity (called "labour"). To requote Karl Polanyi:
"In human terms such a postulate [of a labour market] implied for the worker extreme instability of earnings, utter absence of professional standards, abject readiness to be shoved and pushed about indiscriminately, complete dependence on the whims of the market. [Ludwig Von] Mises justly argued that if workers 'did not act as trade unionists, but reduced their demands and changed their locations and occupations according to the labour market, they would eventually find work.' This sums up the position under a system based on the postulate of the commodity character of labour. It is not for the commodity to decide where it should be offered for sale, to what purpose it should be used, at what price it should be allowed to change hands, and in what manner it should be consumed or destroyed." [The Great Transformation, p. 176]
However, people are not commodities but living, thinking, feeling individuals. The "labour market" is more a social institution than an economic one and people and work more than mere commodities. If we reject the neo-liberals' assumptions for the nonsense they are, their case fails. Capitalism, ultimately, cannot provide full employment simply because labour is not a commodity (and as we discussed in section C.7, this revolt against commodification is a key part of understanding the business cycle and so unemployment).
CategorÃa:C - ¿Cuáles son los mitos de la economÃa capitalista?