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Karl Marx

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Karl Heinrich Marx (5 de mayo de 1818 – 14 de marzo de 1883), filósofo, sociólogo, economista y pensador socialista. Figura clave para entender los procesos sociales y políticos que jalonan el siglo XX. Padre ideológico, no sólo del Comunismo, sino también de otras variantes del Socialismo.

Biografía

Juventud

Karl Marx nació en Tréveris (Trier, en alemán), con el nombre de Haim Mardochai Kissel, en el seno de una familia hebrea. Su madre era de origen holandés y descendiente de rabinos, mientras que su padre, Hirschel Levi (luego Heinrich Marx), también de ascendencia judía, ejercía la abogacía en Treveris, su ciudad natal. Su padre era además consejero de justicia, recibiendo fuertes presiones políticas que le obligaron a abrazar el Protestantismo para poder mantener el cargo en la administración de Renania.

Estudió Derecho en la Universidad de Bonn y en Berlín. Se doctoró en 1841 con una tesis titulada Diferencia entre la filosofía de la naturaleza de Demócrito y la de Epicuro. Pronto se implicó en la elaboración de trabajos en torno a la realidad social, colaborando en 1842 junto con Bruno Bauer en la edición de "Gaceta Renana" (Rheinische Zeitung), publicación de la que pronto llegó a ser redactor jefe. Sería intervenida por la censura y Marx marchó al exilio.

El periodo de París

Junto a Ruge funda en París la revista Anales franco-alemanes (Deutsch-französische Jahrbücher), de la que fue director, si bien durante poco tiempo ya que el gobierno francés la cierra por presión del gobierno prusiano. En 1844, en París, Marx conoce y traba amistad con Friedrich Engels, que se convertirá en su principal colaborador y además le ofrecerá en múltiples ocasiones apoyo económico debido a la penuria económica a la que se ve sometida su familia dada la eventualidad de sus ingresos. También conocerá en Francia a otros importantes pensadores socialistas de la época tales como Pierre-Joseph Proudhon, Louis Blanc y Mijaíl Bakunin y al poeta alemán Heinrich Heine. El peso político de los artículos publicados en Francia le hacen ganarse fama de revolucionario, lo que provoca su expulsión de Francia.

El periodo de Bruselas y del Manifiesto

Establecido en Bruselas, ingresa en la Liga de los Comunistas, tras lo cual se declara apátrida y revolucionario. Tras el periodo revolucionario de 1848 y la publicación del Manifiesto del Partido Comunista, en coautoría con Engels, se traslada a Colonia, donde organiza un nuevo diario, "Neue Rheinische Zeitung". Su nueva publicación alcanza un éxito inmediato, en el contexto de una época de fuerte sentimiento social y compromiso revolucionario. En consecuencia, es prohibido por el gobierno renano. Escribió los manifiestos de Economía y Filosofía.

El periodo de Londres y del Capital

Es ahora cuando Marx se dedica a la escritura de una de sus obras fundamentales, El Capital, que elabora en las salas de lectura del Museo Británico. El primer volumen de El Capital no verá la luz hasta 1867, tras dieciocho años de trabajo. Marx participó en la fundación y organización de la Primera Internacional (28 de septiembre de 1864), conocida como la Asociación Internacional de Trabajadores (AIT), participando activamente en las discusiones. A él se le encarga la redacción del Llamamiento inaugural de la Internacional y participa en la elaboración de su estatuto y otros documentos. Se entablará a partir de los debates un enfrentamiento entre Marx y Bakunin, que terminará con la expulsión de este último en el Congreso de La Haya de 1872 y la salida de la Internacional de las secciones bakunistas. Estos últimos, reunidos en el Congreso de Saint-Imier (Suiza), no reconocerían los acuerdos de La Haya y refundarían la Internacional. Tras la Comuna de París de 1871, que significó un duro golpe para la Internacional, Marx se retiró de la lucha política y se dedicó a la escritura de su pensamiento. El 14 de marzo de 1883 falleció en Londres.

Vida familiar

Karl Marx se casó con Jenny von Westphalen, amiga de infancia con la que se prometió siendo ya estudiante, pero sólo consiguió casarse con ella tras la muerte de los padres de ésta, que se oponian a la relación, y tras conseguir una cierta estabilidad económica (eventual) como director de los "Anales franco-alemanes". Vivieron con fuertes penurias económicas debido a la eventualidad de los ingresos de Marx, a la persecución política (que censuraba y clausuraba las revistas que publicaba) y a tener que mudarse constantemente de país. Tuvieron cuatro hijos: la mayor, Francesca Marx, que se suicidó; Edgar Marx, que murió a los ocho años, la pequeña, Eleonora Marx (que formó parte del movimiento feminista) y Laura Marx, que se casó con el dirigente socialista francés Paul Lafargue, suicidándose junto a él en 1911. Asimismo tuvo un hijo con la criada Helene Demuth al que no reconoció como propio, algo que sí hizo Engels. Marx tuvo una vida personal dedicada de forma exhaustiva al estudio de las diferentes disciplinas del pensamiento y en especial de la filosofía e historia lo cual implicó que nunca tuviera estabilidad económica; sin embargo, contó siempre con el apoyo fiel e incondicional de su amigo Engels.

Pensamiento

Testigo y víctima de la primera gran crisis del capitalismo (década de 1830 del siglo XIX) y del periodo revolucionario de 1848, Marx desarrolla una teoría económica capaz de aportar explicaciones a las mismas, pero a la vez de interpelar a las clases populares a participar en ella activamente para producir un cambio revolucionario.

Para Marx, la determinación de la magnitud de valor de una mercancía es la cantidad de trabajo requerido socialmente para producirla. Esta es la conocida teoría del valor trabajo. Así, criticando la teoría de David Ricardo del valor–trabajo, deduce que el salario es el valor de la mercancía fuerza de trabajo, y como todo valor, se determina por el tiempo de trabajo necesario para la producción y reproducción de la misma, en este caso para la producción y reproducción de la mercancía fuerza de trabajo, da el valor de los medios de vida necesarios para asegurar la subsistencia del trabajador. Por otra parte, el capitalista comprador de la fuerza de trabajo consume dicha mercancía en el proceso de producción donde el trabajador rinde durante un tiempo (jornada laboral) que excede la cantidad de tiempo necesaria para su reproducción como obrero (salario), es decir el valor de la fuerza de trabajo y su valorización en el proceso de trabajo son factores distintos, cuya diferencia determina la magnitud de la plusvalía (ejemplo de Marx en el Capital 1: "que para alimentar y mantener en pie la fuerza de trabajo durante veinticuatro horas haga falta media jornada de trabajo, no quiere decir, ni mucho menos, que el obrero no pueda trabajar durante una jornada entera).


Esta plusvalía es apropiada por el capitalista y de ella procede la ganancia. Esta apropiación constituye la base fundamental del modo de producción capitalista y a su vez estas condiciones materiales determinan la superestructura, es decir las formas y contenidos de la conciencia expresadas en el arte, la política, la religión y también el derecho. Esta contradicción fundamental (producción colectiva vs. apropiación individual) bajo el régimen de producción capitalista reviste la forma de Ley general de la acumulación capitalista que consiste en que cuanto mayor es la riqueza social, es decir el capital en funcionamiento y por tanto, tanto mayor es la magnitud absoluta del proletariado y la capacidad productiva del mismo, tanto mayor es el ejército de reserva, y por tanto a medida que crece la acumulación de capital crece la acumulación de miseria, y algunos de sus fenómenos son la disminución de la tasa de beneficios a la vez que la concentración del capital en muy pocas manos. Marx distingue dos tipos de capitales, el capital variable y el capital constante. Los medios de producción y las materias primas utilizadas durante el proceso de producción se consideran como capital constante debido a que solo transmiten su valor a la nueva mercancía producida. Sin embargo, la única mercancía capaz de crear la plusvalía es la fuerza de trabajo. Así esta se convierte en capital variable, puesto que gracias a su utilización se genera un valor que no es pagado por el capitalista.


La tasa de explotación se calcula gracias a la fórmula Pl/V en donde V es la cantidad de capital variable utilizado, es decir el capital invertido en salarios, y Pl la plusvalía obtenida luego del proceso de producción. También se puede calcular gracias a trabajo no pagado / trabajo pagado. Existe también la composición orgánica del capital C/V que muestra la sumisión del obrero a los instrumentos de trabajo o máquinas. En el modo de producción capitalista, esta composición orgánica tiende a aumentar puesto que el capitalista substituye progresivamente la mano de obra demasiado cara por máquinas. En términos anteriores, reemplaza capital variable por capital constante.


Esto se debe a que los capitalistas entre ellos, al estar en competencia, tratan de disminuir sus costos para que su producto tenga el mismo valor que los demás, pero cueste menos hacerlo. Así buscan aumentar la productividad gracias al empleo de maquinaria. Sin embargo, esta práctica se generaliza en todas las empresas del sector, y entonces, al haber un cambio en la productividad, se genera un cambio en el valor de la mercancía puesto que ahora cuesta menos producirla. Hay una tendencia a aumentar la productividad y a reducir relativamente la cantidad de capital variable frente al capital constante. Esto genera una baja en el valor de los productos. Marx esboza así una teoría sobre la baja tendencial del beneficio ya que como el capital variable es el único que crea valor, es decir la plusvalía, y el capital constante solo lo transmite, hay cada vez menos creación de valor. La tasa de beneficio tiende a cero.


Sin embargo Marx sugirió que era solo una tendencia ya que los capitalistas podrían extraer más plusvalía según nuevos métodos, como la reducción de los precios de los bienes de consumo gracias al libre comercio, o una nueva organización del trabajo como lo fue el taylorismo. Así, la contradicción principal del capitalismo según Marx es el antagonismo de clases entre la clase capitalista y la clase proletaria.


La necesidad de la revolución implicada en tales contradicciones está determinada por las tensiones que se derivan del hecho de que las fuerzas productivas sobrepasan y se ven limitadas por las relaciones de producción, para el capitalismo tal revolución consiste en la «expropiación de los expropiadores» y movimiento final de la dialéctica de la propiedad privada y su abolición, que en el pensamiento de Marx se concreta en un horizonte político concreto: el socialismo, antesala a su vez del comunismo.


El materialismo dialéctico, es decir la dialéctica del modo en que el hombre produce sus medios de vida, de la que se deriva su alienación, constituye para Marx la historia humana (para Marx: la historia humana es la historia de su alienación y de la abolición de dicha alienación), historia que a cada momento solo puede ser entendida según sus diferentes modos de producción, y la lucha de clases inherente, por ejemplo, esclavista, feudal, capitalista y comunista.


Las obras de Marx han influido a un buen número de teóricos y políticos, en un buen número de ocasiones enemigos entre sí. Por una parte, habría que señalar la interpretación que han realizado leninistas, trotskistas y maoístas, partidarios de que una vanguardia del proletariado se haga con el poder a través de la fuerza, para así avanzar hacia el socialismo: URSS, Albania, China, Cuba.


Por otra, la que realiza la socialdemocracia, en sus orígenes contraria a la táctica revolucionaria y partidaria de avanzar hacia el socialismo a través de progresivas reformas parlamentarias (hay que decir que la mayoría de partidos socialdemócratas han ido poco a poco reformando sus planteamientos, hasta aceptar la economía de mercado). Otros teóricos, como los del comunismo consejista, no han renegado de la necesidad de un cambio revolucionario, pero consideran al bolchevismo como otra forma de socialdemocracia y critican su concepción autoritaria de la toma del poder por un partido y la dictadura de ese partido sobre el proletariado. Los comunistas consejistas son partidarios de la toma del poder por parte de la clase obrera autoorganizada y no por parte de un partido.


Asimismo, hay teóricos que se sitúan entre estas interpretaciones y defienden una revolución radicalmente democrática (algunos rechazan la idea de conformar un partido político, por ejemplo), y otros que aplican el marxismo al estudio de determinadas ciencias (Historia, Arte, Antropología, etc.).

Críticos de Marx

Un crítico de Marx es Karl Popper, quien en La sociedad abierta y sus enemigos realiza un exhaustivo análisis de las 'profecías' marxistas supuestamente desmentidas por la historia y de cómo la ideología comunista se habría ido adaptando a lo largo de más de un siglo de fracasos. Popper relata en su autobiografía Unended Quest que fue comunista durante dos o tres meses, en 1919, pero abandonó esta ideología por considerarla dogmática y anticientífica.

Popper escribió también un ensayo crítico para con el 'historicismo' marxista y nacionalsocialista a la que tituló La miseria del historicismo (Alianza Editorial, colección de "El libro de bolsillo"). El título es una parodia del título La miseria de la filosofía, de Marx, que a su vez parodia el del libro de Proudhon Filosofía de la miseria.

Otro crítico, más de la vida personal que de la ideología de Marx, es Paul Johnson, que dedica a Marx un capítulo de su libro Intellectuals.

Obras

Obras biográficas sobre Marx

  • Mehring, Franz: Carlos Marx: Historia de su vida.
  • Berlin, Isaiah: Karl Marx: Su vida y su entorno.
  • Blumenberg, Werner: Marx.

Obras sobre el pensamiento de Karl Marx

  • RICOEUR, P. (1999), Freud: una interpretación de la cultura, México, Siglo Veintiuno. Primera edición de 1970. Es donde se formula la célebre comparación entre Marx, Nieztche y Freud, por ser los tres grandes autores del siglo XIX que superan el racionalismo, y a quienes denomina maestros de la sospecha.


Véase también

Enlaces externos


Marx, Karl Marx, Karl