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Anarcosindicalismo

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El anarcosindicalismo es una de las ramas del anarquismo vinculada al movimiento obrero a través del sindicalismo. Es un método de organización y de lucha de los trabajadores a través de los sindicatos. Es el resultado de la síntesis del anarquismo y del sindicalismo revolucionario. Se diferencia de otros movimientos anarquistas en que su ámbito de actuación característico (aunque no exclusivo) es el mundo del trabajo, complementándose con otras organizaciones de similar ideología para la consecución de los fines perseguidos.

Finalidad

thumb|De la unión del negro del anarquismo y el rojo del movimiento obrero surge la bandera del anarcosindicalismo

Su meta es la conquista por parte de los trabajadores de los medios de producción y cambio y la reorganización de la sociedad según los principios federalistas, autogestionando todas las estructuras sociales y económicas los mismos trabajadores. Es por ello que el anarcosindicalismo es radicalmente antagónico con cualquier forma de capitalismo y de organización estatal o estatismo. A este planteamiento se le conoce como comunismo libertario. [1]

Principios y tácticas

Deriva de los postulados de la Primera Internacional, siendo principios esenciales el federalismo, la autogestión, la acción directa (tratamiento de los conflictos laborales entre empleador y trabajadores, sin el concurso de terceros) el apoyo mutuo, el apoliticismo, el anticapitalismo y el internacionalismo.

Implantación internacional

Ha tenido un papel importante en Argentina, Italia, Estados Unidos, Uruguay, Francia, Rusia o Corea.

El anarcosindicalismo español

Sin embargo, el país donde ha alcanzado mayor arraigo es España.

Inicios del anarcosindicalismo español

Fueron dos anarquistas italianos, amigos de Mijaíl Bakunin y pertenecientes a la Primera Internacional, quienes fueron a España con el propósito de conseguir crear un grupo de la Internacional en la Península Ibérica.

En Barcelona se fundó la primera sección de la Asociación Internacional de los Trabajadores (AIT) en territorio español. Se la llamó Solidaridad Obrera. En ella había trabajadores de Cataluña, pero pronto se convirtió en el embrión de la futura Confederación Nacional del Trabajo. La que será la sección española de la AIT.

Clandestinidad

Es significativo el hecho de que durante la dictadura de Primo de Rivera, la central anarcosindicalista estuvo ilegalizada.

La Revolución española

A pesar de los largos años de clandestinidad, la Confederación Nacional del Trabajo (CNT) tenía un número de afiliados similar al otro gran sindicato, la Unión General de Trabajadores (UGT). Con esa fuerza llegó la legalización de la confederación durante la Segunda República.

Uno de los episodios más dramáticos sufridos por miembros del anarcosindicalismo español ocurrió en Casas Viejas en 1933, cuando la Guardia de Asalto y la Guardia Civil reprimieron una revuelta campesina que trató de proclamar el comunismo libertario. Sin embargo, la central anarcosindicalista CNT-AIT hizo realidad su proyecto autogestionario durante la Guerra Civil Española en gran parte de la Península (especialmente en Aragón, Cataluña y Levante), agrupando a millones de trabajadores y campesinos en colectividades agrícolas e industriales, proceso conocido como la Revolución española.

Durante el franquismo

El anarcosindicalismo confederal se dividió en dos grandes estrategias, los exiliados y los clandestinos en el interior. Los exiliados se disgregaron por muchos países reforzando así la actividad de la AIT en lugares donde tenía escasa implantación. El grupo más numeroso de exiliados se concentró al sur de Francia.

Hoy en día

Actualmente, el anarcosindicalismo se halla, a pesar de ser una fuerza minoritaria, extendido por los cinco continentes, siendo la organización que lo impulsa la AIT.

Divisiones internas

Una de las grandes dificultades a las que se ha enfrentado históricamente el anarcosindicalismo ha sido sus divisiones internas. La síntesis ideológica resultante entre el anarquismo y el sindicalismo revolucionario conlleva tensiones entre partidarios más inclinados hacia una u otra tendencia, lo que ha provocado y provoca divisiones en los senos de las organizaciones anarcosindicales. Ya durante el período de la Segunda República hubo un Partido Sindicalista liderado por el cenetista Ángel Pestaña que, aunque fracasó, es una muestra temprana de dichas divisiones. El otro gran sindicato que se proclama anarcosindicalista en España es la Confederación General del Trabajo, (CGT), que surgió como escisión de la CNT. Motivado por la discrepancia sobre la colaboración o no con el sistema de elecciones sindicales y de representación en los comités de empresa, lo que conlleva además recibir subvenciones por parte del Estado, siendo la postura de CGT favorable a dichas elecciones y comités y la de CNT contraria a ellas. A su vez, la CGT sufrió otra escisión que les afectó especialmente en Madrid llamada Solidaridad Obrera.

Anarcosindicalistas célebres

Federica Montseny cenetista catalana, fue la primera mujer en la historia española en lograr dirigir un ministerio del gobierno. Fue ministra de Sanidad. Su participación como miembro de un Gobierno es objeto de polémica en medios anarquistas y anarcosindicalistas. Juan García Oliver representó la línea faísta (Federación Anarquista Ibérica, FAI), más anarquista, de la CNT. Buenaventura Durruti se convirtió en un mito debido a su compromiso militante durante la clandestinidad y le llevó a convertirse en el responsable de la columna más significativa de milicianos durante la Guerra Civil, la Columna Durruti.

Filmografía


Notas

  1. Esta oposición al estatismo la explica Rudolf Rocker en Anarcosindcialismo (teoría y práctica) de la siguiente manera:
    Los anarcosindicalistas están persuadidos de que ni por decretos ni por estatutos otorgados por el Gobierno puede crearse un orden de economía socialista, sino en virtud de la colaboración del cerebro y de la mano de obra de todos los trabajadores, desde cada ramo de la producción; es decir, posesionándose de las fábricas para regentarlas los obreros por sí mismos, en tal forma que todos los grupos separados de fábricas y ramos industriales sean miembros independientes del organismo económico general y efectúen sistemáticamente la producción y la distribución de los productos en interés de la comunidad, a base de libres acuerdos mutuos.


Véase también

Enlaces externos